Ti sto amando sulla soglia della morte.
Ti sto aspettando per morire nel tuo seno come quegli animali che decidono dove vogliono morire.
Non indugiare.
Voglio dirti “amore della mia vita”. Chiederti “non abbandonarmi”.
Ricordo tante strade, viali e treni che abbiamo incrociato, tanti acquazzoni, montagne, boschi che abbiamo amato durante il cammino.
Ho la Morte accanto a me, nell’altra metà del letto. Qui, dove dovresti esserci tu, c’è la Morte.
Alle soglie della Morte voglio proclamare, annunciare sulla pubblica piazza, sulle reti digitali, sui canali televisivi, quanto ti amo.
Voglio contare sulla gloria di pubblicare che ti amo.
Che sono fuggito, che ho navigato per più di 20 anni senza bussola
o avendo come bussola il ritorno alla consistenza della tua carne, al sapore di sale ardente del tuo sesso. E al tuo sorriso. Soprattutto al tuo sorriso.
Vieni. Amami. Diffondi anche tu un grido così romantico; dì che senza me non puoi vivere o che potresti ma sarebbe molto difficile.
Proclama che quando la Morte, tra poco, mi consegnerà il saldo, tra poco, tu continuerai a vivere perché solo così potrai ricordarmi.
Non indugiare, ti sto aspettando da più di 20 anni, tra il fiele e quel petalo di entrambi.
Non abbandonarmi.
Al tuo arrivo, dedicami frasi smielate come queste. Dì che mi ami tra l’acciaio e il pistillo.
Ti sto amando sulla soglia della Morte.
Salvami dall’odio. Dall’odio di
Miami, 6 agosto 2022, sabato
Te estoy amando en el umbral de la Muerte.
Te estoy esperando para morir en tu seno como esos animales que deciden dónde quieren morir.
No demores.
Quiero decirte “amor de mi vida”. Pedirte “no me abandones”.
Voy recordando tantas calles, tantas avenidas y trenes que pasamos, tantos aguaceros, montañas, bosques que fuimos amando en el camino.
Tengo la Muerte aquí al lado, en la otra mitad de mi cama. Aquí, donde deberías estar tú, está la Muerte.
En el umbral de la Muerte quiero proclamarte, avisar en la plaza pública, las redes digitales, los canales de TV, cuánto te amo.
Quiero contar con la gloria de publicar que te amo.
Que hui, que navegué más de 20 años sin brújula
o teniendo de brújula el regreso a la contundencia de tus carnes, al sabor a sal ardida de tu sexo. Y a tu sonrisa, tu sonrisa. Sobre todo tu sonrisa.
Ven. Ámame. Derrama tú también un grito tan romántico; di que sin mí no puedes vivir o que sí podrías pero te sería muy difícil.
Proclama que cuando la Muerte, dentro de poco, me pase el saldo, dentro de poco, tú continuarás la vida porque únicamente así podrías recordarme.
No demores, te estoy esperando hace más de 20 años, entre la hiel y aquel pétalo de ambos.
No me abandones.
Al llegar, dedícame frases cursis como estas. Di que me amas entre el acero y el pistilo.
Te estoy amando en el umbral de la Muerte.
Sálvame del odio. Del odio de
Miami, 6 de agosto de 2022, sábado.